10 de enero de 2019, Budapest
Zoltán Kovács (Secretario del Estado de Comunicación Internacional): Buenos días. Les damos la bienvenida a todos. Ayer se celebró la sesión de Gobierno y la primera rueda de prensa del Gobierno en el año nuevo de 2019 es celebrada por Viktor Orbán, Primer Ministro de Hungría. Le doy la palabra. Al final, desde luego, responderemos las preguntas.
Buenos días. Estimadas señoras y señores,
En primer lugar, les deseo a todos un feliz año nuevo y debo confirmar que hoy tienen que conformarse conmigo, haciendo las veces de Gergely Gulyás.
En su sesión celebrada ayer, el Gobierno abordó y adoptó resoluciones sobre numerosas cuestiones, de las que voy a citarles algunas. Tomamos algunas decisiones sobre ciertos proyectos de Budapest. A propósito, el alcalde también asistió a la sesión. Escuchamos el informe del ministro de Hacienda sobre el cumplimiento de los planes para el ejercicio presupuestario del 2018. Me permito mencionar para ustedes algunas cifras al respecto. El aumento económico del año 2018 será del 4,6 por ciento según nuestros conocimientos actuales. Nuestra deuda pública ha bajado al 71 por ciento, mientras que el déficit se para en el nivel del 2 por ciento, superando nuestras esperanzas y expectativas. El consumo de los hogares ha incremantado en más del 6 por ciento. El aumento de la masa salarial bruta se ha situado encima del 11 por ciento. En resumen, el ministro de Hacienda nos informó que la economía está estable y registra un aumento intenso, lo cual se anticipa para el próximo año. O sea, como solemos decir en Fidesz, Hungría rinde mejor y tenemos la misma esperanza para el ejercicio del 2019. Puedo añadir que, a ojos vistas, las finanzas de Hungría están estables y en buenas manos. Esto refleja el buen trabajo realizado por tanto el ministro de Hacienda como por el presidente del Banco Nacional.
El siguiente punto de nuestro orden del día fue la consulta nacional sobre la protección de las familias. Si me permiten, en este contexto también les voy a bombardear con algunas cifras. El número de cuestionarios devueltos es de 1.382.000, logro que quiero agradecer a todos los participantes de esta consulta. Un 8 por ciento de estos 1.382.000 de formularios rellenados se realizó en Internet y el resto, por impreso. Seguramente recuerdan que ésta ha sido la octava consulta nacional desde el año 2010. En cuanto a la tasa de participación, ésta ha sido la tercera más grande, de lo que se desprende claramente que la situación de las familias, la cuestión de crear una familia y la demografía no sólo son cuestiones importantes, quizás una de las más importantes, para el Gobierno sino también para todo el país. Ustedes conocen la opinión del Gobierno. Consideramos que la posibilidad de continuar la historia húngara, es decir, el futuro del país, depende de las familias. Durante los últimos ocho años, hemos doblado el importe de la prestación familiar pero esta consulta ha revelado que debemos dar más pasos. Incluso, los electores esperan más medidas por parte del Gobierno. Una vez extraídas las conclusiones, hemos comenzado a elaborar las medidas gubernamentales. Espero que en mi discurso anual, previsto aproximadamente para el día 10 de febrero, pueda presentarles las medidas que el Gobierno desea tomar en base a la consulta.
El Gobierno ha decidido iniciar un período conmemorativo de los húngaros. Éste durará casi dos años enteros y se titulará Treinta Años de Libertad. El motivo de dicha decisión es que el cambio de régimen o, como lo llamamos, las revoluciones constitucionales anticomunistas, rindieron frutos hace treinta años en toda Europa Central, incluyendo Hungría. Hemos fundado un comité conmemorativo, invitando al Presidente del Parlamento que encabece dicho cuerpo, así como hemos invitado y encargado al ministro Gergely Gulyás que represente al Gobierno en el mismo.
Finalmente, la parte más larga de la sesión de Gobierno, por tener quizás la mayor relevancia desde el punto de vista político, fue la cuestión de las elecciones al Parlamento Europeo que se avecinan. En primer lugar, el Gobierno escuchó un informe técnico según el cual el país está listo para realizar las votaciones en próximo mayo. A continuación, escuchamos el informe sobre una encuesta realizada en pasado diciembre sobre la cuestión o las cuestiones que los electores húngaros consideran las más importantes en las elecciones europeas. Una aplastante mayoría del 52 por ciento nombró la inmigración en este sentido. Por consiguiente, el Gobierno opina que estamos ante unas elecciones europeas importantes, quizás decisivas, porque Hungría ha sido el único país hasta la fecha donde la gente ha podido exponer su opinión sobre la inmigración y la migración en el marco de un plebiscito, unas elecciones parlamentarias y una consulta nacional. Hasta ahora, ello ha sido imposible en los demás Estados europeos por lo que las elecciones europeas suponen una excelente posibilidad para que la gente europea exponga su opinión sobre la inmigración. La opinión húngara es bien conocida. Nosotros y sólo nosotros podemos decidir con quién vivir. Rechazamos las cuotas, el mecanismo de inmigración permanente y los visados para migrantes, así como queremos gastar los fondos principalmente en nuestros propios ciudadanos y no en los migrantes.
Estimadas señoras y señores,
En este contexto, también se mencionó en la sesión de Gobierno que debemos establecer objetivos claros para las elecciones europeas. Nosotros hemos formulado dos. Hungría tiene como propósito que en todos los sistemas institucionales de la Unión Europea y en todas las instituciones que integran los mismos, las fuerzas antimigratorias representen la mayoría. Para empezar, las fuerzas antimigratorias deben constituir la mayoría en el Parlamento Europeo y, algunos meses más tarde, en la Comisión. Seguidamente, queremos que obtengan la mayoría también en el Consejo Europeo como resultado de las elecciones parlamentarias nacionales. Nuestro segundo objetivo es que, tal como ocurrió antes, continuemos siendo el partido más exitoso en Europa a partir de estas elecciones, pero al menos en el Partido Popular Europeo. En 2009, recibimos el 51 por ciento de los votos y en 2014, el 56 por ciento. Queremos mantener nuestra posición como el partido más potente de Europa después de las elecciones. En este contexto, escuchamos a Péter Szijjártó sobre el pacto migratorio de la ONU. Para mí, el resultado de esta votación supone un éxito parcial considerando que nueve Estados miembros de la Unión Europea ya han votado en contra del pacto migratorio de la ONU. Y si las correlaciones de fuerzas siguen cambiando tal como lo han hecho hasta ahora, este número podría aumentar y efectivamente aumentará en el futuro.
Al respecto, hay otra curiosidad que quisiera advertirles. Todo el mundo repite el cliché que la Comisión Europea se enfrenta a un déficit de democracia. Ello es comprensible porque los miembros de la Comisión son delegados por los Estados nación, por el Gobierno actual de cada uno. Así, les falta un tipo de legitimación democrática a nivel europeo. Es por eso que la Unión ha creado al llamado «Spitzenkandidat», la institución del candidato principal. Ahora, nosotros vamos a realizar la versión húngara de dicha idea. A saber, nuestra lista para las elecciones europeas será encabezada por la persona a quien designaremos como miembro de la Comisión porque queremos que el comisario que más tarde represente a Hungría en dicho cuerpo cuente con una legitimación democrática por parte del pueblo húngaro. Estamos convencidos de que esta solución nos permitirá mejorar la calidad de la democracia en la Comisión.
Si me permiten, quisiera desglosar algunos puntos más para subrayar la importancia de que el tema principal de las elecciones europeas será clara e inevitablemente la migración y la inmigración. No solemos hablar de ello porque, en el mundo de los medios modernos, lo fuerte son los mensajes de una media oración, sin que exista la demanda para las larguísimas exposiciones. Sin embargo, ahora les puedo comentar que la migración será no simplemente el principal tema de las elecciones europeas sino un tema que va a transformar profundamente la política europea en su totalidad. Y ello ocurre cada día. Hoy también vivimos en ello. Me parece que éste es el proceso político que determina todo en Europa. Fíjense cómo la división o distinción tradicional entre los partidos de derecha e izquierda va sustituyéndose por una dimensión más importante: la fórmula de los promigratorios en contraposición con los antimigratorios. Asimismo, fíjense en la medida en que la significancia anterior del carácter proeuropeísta o euroescéptico de un partido queda eclipsada por la gravedad de la opinión de cada cual sobre la inmigración. O bien fíjense en cómo el debate sobre la inmigración y la migración reinterpreta nuestra actitud al cristianismo. Refuerza claramente nuestros lazos a la cultura cristiana, haciendo de la protección de la misma casi un deber político y definiendo el propio cristianismo como forma de vida europea. Éste es un nuevo fenómeno en la política europea. Las cuestiones como la igualdad de hombre y mujer o la libertad religiosa se han convertido en las cuestiones más importantes en el contexto de la inmigración. El debate sobre los migrantes reinterpreta también nuestra soberanía porque ahora la polémica acerca de la soberanía plantea la pregunta de quién puede decidir con quién una comunidad, un país de Europa desee o no desee convivir y si es lícito imponerle grupos étnicos que le sean ajenos o si tiene autonomía para decidir sobre la acogida de los mismos. Está claro que los partidarios de la inmigración no respetan la decisión de los que rechazan la acogida de los migrantes si bien ésta es una decisión democrática. Nosotros respetamos las decisiones democráticas de los partidarios de la inmigración en el sentido de acoger a los migrantes e incluso de considerarlo como algo deseable. Al mismo tiempo, ellos no respetan nuestra opinión ni las decisiones que hemos tomado en este ámbito para rechazar todo esto. Asimismo, quiero advertirles que la migración es una cuestión tan poderosa que, si la descuidamos, puede socavar el edificio de la Unión Europea. Podemos ver fácilmente que incluso en el Brexit subyace el debate sobre la migración. También es evidente que la cuestión de la migración va cambiando el rumbo que tomará el desarrollo de las sociedades europeas. Hasta la actualidad, hemos vivido en una civilización europea homogénea, compuesta de países autónomos con caracteres nacionales. Ahora esto va a cambiar cuando nuestra civilización homogénea sea sustituida por dos civilizaciones distintas en Europa. Habrá una civilización mixta que fundamentará su futuro en la convivencia del islam y el cristianismo mientras que los centroeuropeos mantendremos nuestra visión de Europa como una civilización cristiana, idea que solemos expresar como Europa debe quedarse para los europeos. Y en cuanto a las polémicas sobre las democracias liberales e iliberales, también quisiera advertirles que, a ojos vistas, cada demócrata liberal es, a la vez, partidario de la inmigración. Es más, durante mi visita realizada a Brasil al inicio del año para transmitir los buenos deseos de Hungría al nuevo presidente del país, vi que el debate europeo sobre la migración excede las fronteras del continente y supone una polémica válida también en la política interior de los demás continentes. Seguramente, ello se debe a que la ONU ha hecho de la cuestión de la migración una cuestión global. Pero es evidente que ello acerca mutuamente a los actores políticos de ideologías parecidas aún cuando vivan en diferentes continentes. Por ejemplo, la definición de la democracia cristiana moderna que parece lo más acertada para Europa en la actualidad, se ha formulado no aquí sino en Brasil, donde el presidente ha dicho, si traduzco su mensaje de elecciones en términos culturales, algo así como Brasil, en nuestro caso Hungría, ante todo y Dios sobre cada uno de nosotros. Se ve claramente que en la política global han aparecido nuevas tendencias ideológicas y partidos que son capaces de contribuir no simplemente al debate sobre la migración sino también a las polémicas intelectuales de nivel europeo y global que se van iniciando en este contexto.
Ahora, para concluir, reitero que Hungría está lista para las elecciones europeas y será capaz de celebrar las mismas a la perfección. Los programas progresan bien tanto en el bando promigratorio como en el antimigratorio. Las partes están avanzando bien en la elaboración de los mismos, algo que no quiero disputar a mis rivales. Quisiera reitarar que nosotros también hemos formulado claramente nuestros objetivos. El Gobierno húngaro quiere que las fuerzas antimigratorias lleguen a ser la mayoría en Europa, en todas las instituciones de la Unión Europea y que Fidesz, el mayor partido gobernante de Hungría, junto con el Partido Popular Cristiano Demócrata, siga siendo el partido parlamentario más exitoso de Europa.
Es todo lo que les puedo comentar sobre la sesión de Gobierno. Si tienen preguntas al respecto o bien sobre otro tema, estoy a su disposición.